jueves, 16 de septiembre de 2010

CULTURA - Rolando Barbosa, un zapatero moderno con un arte antiguo.

Por: Edgar Trinidad
Periódico Pulso

No es extraño que en nuestro armario se amontonen zapatos usados, con algunos desperfectos o que necesitan alguna reparación y  que no podemos tirar o desechar por pequeños desperfectos. Hoy, resulta complicado encontrar un profesional que domine la técnica de reparación del calzado. Aunque estos servicios siguen siendo demandados por el público, el oficio de zapatero, como tantas otras actividades artesanales, está desapareciendo por la falta de continuidad en el sector.
El oficio de zapatero nació hace 15,000 años durante la Edad de Piedra y eran las mujeres las que hacían los calzados. Luego, cuando creció la población y se estableció la división del trabajo, el oficio pasó a los hombres. En Puerto Rico, cada vez se hace mas difícil encontrar a estos artesanos que nos ayuden a rescatar dicha prenda del vestir o de trabajo.
Se llama zapatero a la persona que tiene por oficio la fabricación y reparación del calzado. Este es el caso de Rolando Barbosa, diestro artesano de origen arecibeño y que tiene un exitoso taller en el pueblo de Camuy. 
Local centenario que alberga la Zapateria 
“Zapatero a su Zapato” de Rolando Barbosa. 
Foto por Edgar F. Trinidad
Su taller está ubicado en una pintoresca estructura, que ha sido utilizada comercialmente por más de 100 años y que en los últimos 20 años ha sido el lugar, donde cientos de personas, llegan a buscar los servicios de un zapatero. Rolando se convierte en el primero en su familia en aprender el histórico oficio.
“Un matrimonio del pueblo de Naranjito, por la amistad que nos unía y al ver mi interés en aprender el oficio me lo enseñó. Me tomo tres años en aprender y todavía sigo aprendiendo cada día”, expresó Barbosa.
A su taller, llegan todo tipo de clientes, desde el alcalde de la Ciudad Romántica y clientes de pueblos tan lejanos como San Juan. La zapatería de Rolando fue uno de los muchos negocios establecidos bajo el programa de la “Llave Para Tu Negocio” y de los muy pocos que han sido exitosos y continúan brindando servicios. Este joven empresario ya abrió su segunda zapatería en el pueblo de San Sebastián.
Todo el equipo que utiliza en su establecimiento, fue adquirido gracias a un préstamo otorgado por “Llave Para Tu Negocio”. Este equipo lo adquirió de manos de un zapatero de origen Cubano y mantenía su taller donde exactamente hoy él está establecido. La maquinaria utilizada por Rolando en la reparación de zapatos tiene más de 75 años de antigüedad.
“Todo el trabajo o reparaciones que yo realizo son estrictamente manual. Nos encargamos de hacer la reparación paso a paso sin la utilización de sistemas mecanizados. Nosotros realmente no cobramos tanto por gastos de material, sino por tiempo y perfeccionamiento en reparar; por el procedimiento, nuestro trabajo es artesanal”, puntualizó el empresario.
Barbosa tiene como meta pasar la tradición del oficio a su hijo e hija.
Rolando Barbosa en su oficio. Foto por María Reina.
La historia de Puerto Rico registra a grandes hombres que siendo zapateros dejaron un legado cultural y cívico. Uno de estos grandes hombres lo fue el Maestro Rafael. El Maestro Rafael dedicó toda su vida a la enseñanza alternado con su oficio de zapatero.  Rafael Cordero fundó una escuela gratuita que mantuvo abierta hasta su muerte. Por cincuenta y ocho años mantuvo este centro en la calle Luna en San Juan. En él enseñaba a leer, caligrafía, elementos de aritmética y doctrina cristiana. Por sus aulas pasaron nombres como: Alejandro Tapia y Rivera (considerado por muchos como el “patriarca” de la literatura puertorriqueña), José Julián Acosta (político y líder abolicionista), Román Baldorioty de Castro (líder autonomista y abolicionista) y Manuel Elzaburu (fundador del Ateneo Puertorriqueño) entre otros.

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