miércoles, 1 de septiembre de 2010

EDITORIAL - ¿Servidores Públicos, Políticos, Carreristas u Oportunistas?

Cada vez son más las personas que anuncian su candidatura para puestos políticos, ya sea por el distrito de cualquier pueblo o por cualquier alcaldía. En la situación de Arecibo, mucho se ha dicho sobre las empobrecidas y delicadas finanzas tanto de la Alcaldía como de sus dependencias.
Sin embargo, para sorpresa de todos, son cada vez más los profesionales como médicos, abogados e ingenieros, que se hacen disponibles para servir al pueblo. No es que ello sea malo, al contrario, deberíamos estar orgullosos de que personas con grandes mentes y cerebros se hagan disponibles para aportar ideas al bien común. ¡Y claro que nos hace falta!
Pero, al detenernos a pensar en la crisis en que se encuentra los Estados Unidos desde hace 6 años y Puerto Rico desde hace más de 8 años, y lo precario de los índices de crecimiento económico, los cuales no son nada alentadores; salta a la vista una pregunta, ¿por qué dejan sus carreras lucrativas, donde muchos ganan cercano a los $300,000 y $400,000 anuales, para venir a devengar un sueldo de $60,000.00 anuales? Esto no tiene lógica alguna.
Eso precisamente es lo que no logramos explicarnos los que sabemos sumar y restar. Ni Pitágoras podría lograr salir airoso en tal ejercicio matemático, ó como diría un viejo amigo “de dónde tela si no hay araña”. Me parece que la política tiene un lado obscuro que nosotros los simples mortales no podemos comprender.  Tal parece que de algún lugar algunos políticos logran arreglárselas para cuadrar sus presupuestos, pero surgen nuevas interrogantes ¿cómo y acosta de qué o de quiénes?
Ciertamente parece que hablamos de historias de piratas y corsarios, donde algunos saquean las arcas con ejercicios sigilosos de presupuestos amañados y ajustados a circunstancias que sólo el Contralor podría detectar, y claro, en ocasiones lo hace.
La situación económica de la Isla está muy mal desde hace años y las finanzas, por dar un ejemplo, de La Villa del Capitán Correa, están languideciendo con el paso de malos administradores que llegaron a la silla mayor. Lo cierto es que Arecibo, ha sido víctima de carreristas políticos, de profesionales de muchas disciplinas como médicos y abogados pero ninguno administrador o economista.
El Gobierno Municipal de Arecibo, ha sido administrado por todo tipo de individuos, quienes al amparo de sus títulos de poder, se han prestado a la corrupción y a la dejadez de sus deberes. Hace unos cuatrienios un Senador con nombre de ave trasnochadora, cumplió cárcel por delitos de corrupción; un Representante también cumplió cárcel por actos de corrupción; un Alcalde discriminó políticamente contra 300 empleados y pagó por eso; todo esto resultó en el empeoramiento de las finanzas de Arecibo.  A esto le añadimos, un Senador como Rosselló, que nunca caminó por nuestras calles, que nunca vivió en Arecibo  y que nunca sometió un proyecto, ganó cerca de $400,000.00 en cuatro años en la Legislatura, y un alcalde como Frankie, que devengó a razón de $80,000.00 anuales por administrar la bancarrota de Arecibo; nos da un total entre ambos de $480,000.00, dinero que muchos alegan jamás se ganarán como profesionales. Sin dejar de mencionar jefes de agencias que ganan sobre los $100,000.00 y de su pueblo ni se acuerdan.
Las cifras están ahí, y ciertamente salta a la vista que la política no es un mal negocio para muchos que en sus profesiones ciertamente no se ganarían ese dinero, por muchas razones. En otros casos, muchos han saqueado las arcas del Gobierno.
No estamos criticando, estamos simplemente colocando las cifras de algunos carreristas políticos y otros que ya no pueden correr  y que colocan a sus familiares en “El Guiso” político. Pero ciertamente da lástima que éstos carreristas y algunos oportunistas, hayan devengado todo ese dinero sin siquiera dejar algún proyecto que logre sacar a Arecibo del marasmo en que se ha sumergido en los últimos 30 años.
Arecibo hace tres décadas, era la envidia de la mayoría de los pueblos y ciudadanos de la Isla. Hoy, personas de la zona metropolitana y Ponce, llaman a este pueblo con adjetivos como jungla, monte, selva y campo.
Los Arecibeños tenemos el mayor de los poderes en nuestras manos, el poder del pensamiento crítico y el ejercicio del voto. Todo está y sigue estando en nuestras manos. 

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